La pandemia del Covid 19 ha desencadenado la necesidad de controlar la cantidad de personas en lugares públicos. Esto incluye plazas, calles, sitios de reunión y áreas de ocio.

La proximidad del verano conlleva la urgencia de vigilar el aforo en los litorales. Muchas personas están deseosas de un baño de mar. Por ende, en España se prevén mecanismos para regular el número de visitantes en las playas.

¿Es una propuesta viable? Ya se han usado cámaras anteriormente en las playas. No obstante, sólo por razones de vigilancia: constatar seguridad, actividades sospechosas o turistas en peligro de ahogo. Ésta sería la primera vez que se usan las cámaras para supervisar el aforo.

¿Se pueden visitar playas aún en medio de la pandemia?

Es un debate con varios puntos de vista. Hay quienes afirman que no, que la reunión de muchas personas en las playas puede esparcir el virus e incrementar los casos.

Por otro lado, hay quienes consideran que las playas se pueden usar con ciertas medidas de seguridad. Por ejemplo, manteniendo la distancia entre las personas. Asimismo, usando mascarillas en zonas de tránsito y en locales cercanos a los litorales.

Igualmente, surge otro argumento: muchos ayuntamientos costeros dependen del ingreso monetario por uso de sus playas. Es una fuente de dinero que solo llega una vez al año. Si se mantienen las playas clausuradas, se condena a estos lugares a una enorme pérdida.

Por último, se argumenta que la población necesita distraerse. Tras meses confinados, los españoles sienten la necesidad de salir.

Sucede que las playas son una excelente opción para lo antes dicho. Además, se usarían de manera puntual: solo se visitarán durante el verano, bajo control. Luego, la gente volvería a las medidas de poca movilidad contra el virus.

Cámaras para supervisar la cantidad de personas en las playas

Surge una duda: ¿cómo controlar el aforo en las costas españolas? Es difícil censar un espacio donde entran y salen personas de manera constante. Por eso, se ha planteado la posibilidad de usar cámaras para el control de personas en playas.  Las prestaciones son:

  • Se requieren cámaras de IP con conectividad 4G.
  • Estas cámaras captan fotogramas cada cierto tiempo de las playas.
  • Cuentan con un software que calcula la densidad de personas por fotogramas.
  • A partir del dato de la densidad (imágenes de personas sobre la arena), se estima la cantidad de gente en el lugar.

Con el método antes descrito, los guardacostas pueden exigir que se restrinja la entrada a las playas. O bien, indicar si hay aglomeraciones y ordenar que las personas se distancian sobre la arena.

Un dato importante es que estas cámaras de inspección para la cantidad de gente en las playas mantienen “privacidad”. ¿Qué queremos decir con esto? Pues que no guardan las imágenes de las personas, sino que solamente analizan fotogramas que luego borran de manera inmediata.

Otra alternativa es que las cámaras no tengan tan alta definición. Por ejemplo, que no capten los rostros o sean tan detalladas. Lo que interesa es que se percatan del volumen de personas en sitios públicos, solo eso.

Una propuesta esgrimida a varias voces y con varios argumentos

Empresas como Telefónica y otras similares, han hecho este ofrecimiento. Hay que recordar que no es tan sencillo usar estas cámaras. Algunos factores a considerar son:

  • El verano está próximo, así que deben instalarse con inmediatez.
  • Lo más probable es que ameriten tecnología inalámbrica (4G), que no hay tiempo de disponer de cableados.
  • Una pregunta razonable: ¿serían cámaras permanentes o solo por la contingencia del coronavirus?

El último interrogante implica considerar el coste de estas cámaras, ya que si es elevado habría que sopesar el hecho de que no sean permanentes.